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Una noche en el Museo
Español (Spanish) translation

Una noche en el museo

Todos los visitantes —los curiosos, los aspirantes a críticos de arte, los chicos con tareas escolares—
ya se han marchado del museo de arte. Es la hora del cierre.

Las luces están apagadas, las puertas cerradas con llave y el último vigilante ya se fue a casa. Las altas y anchas paredes llenas de valiosas pinturas y pesados tapices están en silencio; sus poblaciones de guerreros en combate, princesas posando con elegancia, marineros lamentándose en barcos que se hunden, voluptuosas bellezas desnudas, naturalezas muertas de granadas podridas y abstracciones de nada-en-particular, todas se han replegado sobre sí mismas, resignadas a sus destinos nocturnos, trazados a pinceladas y enmarcados o meticulosamente tejidos.

Todas las salas están a oscuras, salvo una. ¿De dónde proviene esa luz? ¿Por aquí, de este lado? ¡Sí, debí haberlo imaginado! Krishna, pequeño Krishna, ¿eres tú de nuevo, siendo ese niño juguetón que brilla con luz propia? ¿Es tu resplandeciente tez azul, como nube de lluvia, lo que ilumina mi visión de ti? ¿Es esa luz tranquilizadora que cruza el vestíbulo enmarcado la luna llena justo antes de que tu sirviente Indra traiga sus tormentosas nubes?

¡Vaya, vaya! Tienes un gran espectáculo en marcha, pero nadie está despierto para verlo: los vigilantes sin nombre, desplomados en un estupor etílico, están tan inconscientes como muertos —y qué bueno que lo estén, pues así ayudan en tu juego—, porque tú estás completamente vivo, recién nacido e impecable, saltando alegremente en los brazos seguros de tu padre mientras le muestras el camino hacia afuera, ansioso por encontrarte con tu amada Yamunā.

Pero, ¿qué pasa con esta gigantesca serpiente de muchas cabezas? Debe ser un personaje clave en tu diversión. ¿Sabe Vasudeva que está allí? Vasudeva, ¡hagas lo que hagas, no te des la vuelta! Solo sigue caminando rápido… rápido, pero oh, ¡con tanto sigilo! ¡No despiertes a ese pequeño tigre (¿la gata mascota del guardia?) y, por el amor de Dios (¡por el amor de Krishna!), no tropieces con el pie izquierdo de ese guardia!

Krishna recién nacido, tú sabes perfectamente adónde vas, y sabes bien cuál es el mejor camino para llegar allí.
También sabes exactamente cómo inspirar a un artista para que pinte tu ingeniosa escapada, otorgándole esas misteriosas habilidades del ojo y la mano para convertir la pintura en magia surgida de su corazón. Así que no es de extrañar: sabes cómo darme los ojos para verte en su pintura, y cómo hacer que los vigilantes del museo estén lo suficientemente distraídos como para dejarme aquí, solo para tener tu darshan sin interrupciones, en completo silencio (con cuidado de no activar el sistema de alarmas del museo).

Pero, ¿sabía tu artista que acabarías confinado aquí en este museo, incluso mientras él pintaba tu gran fuga de prisión? ¿Y le diste alguna pista de que yo sería cautivado por tu despreocupado semblante, mientras Vasudeva te lleva en sus fuertes brazos?

Mañana por la mañana, cuando los guardias del museo regresen como de costumbre, enciendan las luces y me encuentren aquí, exigirán saber —con tono inquieto— cómo accedí, cuál es mi propósito, quién soy.

Yo les sonreiré en respuesta y señalaré hacia ti, pequeño Krishna; y cuando ellos te miren, a ti—
ese pequeño bulto azul de sat-cit-ānanda en los brazos de Vasudeva, protegido por el Resto Ilimitado (Ananta Śeṣa)—, los bendecirás. ¿O ya habrás partido entonces, apresurándote a encontrar a tus amigos en Vṛndāvana?

— S.S. Krishna Kshetra Swami, 16 de agosto de 2021.