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¿Por qué?
Español (Spanish) translation

¿Por qué?

Muy bien, escucha esto: Él —es decir, el Uno, aunque no exactamente el Único primordial Él— al encontrarse una y otra vez con el hecho exasperante de que

Ella —es decir, su contraparte, su reflejo más que perfecto, su mitad mejor que mitad, su Otro como ningún otro—

no tenía amor, excepto y salvo y únicamente, exclusivamente por Él: un amor tan exclusivo, tan absoluto, tan ilimitado y desbordante, y tan increíblemente saltando más allá de la mera noción de límites…

Él, al parecer, encontrando límites, Él, como dije, exasperado, incapaz de comprender, de estar dentro de su ser, de vivir ese amor insondable, hizo un plan, un esquema grandioso y glorioso, una resolución divina, cósmica, supratemporal y sin embargo inserta en el tiempo, en y para el momento justo…

Una resolución que entra en el tiempo. Mira, no estamos hablando de cualquier tipo cualquiera perdido y sin rumbo tropezando en este circo de payasos que es el espectáculo de otro, de ese show de no-me-hagas-empezar de miedo y miseria. No, estamos hablando de esa Persona más grande que la vida misma, a quien ni tú ni yo podemos esperar ver así nomás por la televisión, por más que lo intentemos, por muchos canales que pensemos tener, siendo que está enteramente en sus manos decidir a quién, y si acaso, se le hará visible, si acaso Él se revelará.

Enteramente en sus manos. Lo sé, hay quienes niegan por completo la existencia de tal ser, pero no entraremos en eso ahora, pues hay cosas más grandes, más importantes aún por decir…

¿Qué puede ser más grande? Verás, en realidad todo se trata del gusto: ni tú ni yo podemos siquiera empezar a aventurarnos en las vastas aguas del rasa (una palabrita enorme en sánscrito)—r-a-s-a = rasa = gusto, deleite, el deleite de la devoción divina—que se arremolinan, se mecen, arrastran y desbordan en torno a aquel—o más bien a aquellos dos—de quienes estamos hablando; creemos (o creemos que creemos) tener cosas más importantes que hacer, cuando lo que es, lo que verdaderamente hay que hacer, es poner nuestra mente, nuestro corazón, nuestro todo en ese océano, ese profundo y dulce océano de néctar llamado rasa.

Es por ese océano de néctar, por ese rasa, que Él, esa Persona superlativa (que tiene nombres innumerables, entre los cuales sus amigos más cercanos lo llaman “Krishna”, el todo-atractivo)… para experimentar incluso más plenamente de lo que normalmente podría hacerlo como Él mismo ese rasa de amor total e ilimitado de Ella, esa Persona complementaria ultra-refinada (que tiene nombres igualmente infinitos, entre los cuales sus amigas más íntimas la llaman “Rādhā”, la mejor de las amadas)… por Ella Él viene aquí, desciende, no exactamente desde las nubes, sino desde su hogar, ese que convierte nuestras ideas de “hogar” en burdas imitaciones.

Él viene aquí por Ella, por Rādhā; Krishna viene, desciende, se establece, crea un lugar. Aquí es donde Él viene, a este trompo giratorio de planeta, este cúmulo de miles de cosas temporales que van y vienen, rocas-plantas-animales-bípedos que van y vienen, van y vienen, recordados por un tiempo y luego olvidados, deseados, llorados, disputados, causa de guerras y muertes. Aquí es donde Él viene, no por ninguna otra cosa, sino por Rādhā.

No, no exactamente por Rādhā, sino como Rādhā—como Ella, que es la profundidad insondable del amor, el recipiente que es depósito, almacén primordial de cada posible, y de todo más allá de lo posible, matiz y variación de amor perfectamente representado y perfectamente vivido que pueda existir.

Como el recipiente del amor, más que el objeto del amor; como el sujeto del amor, más que el objeto del amor… Y aún así estarías en lo cierto al preguntar por el porqué de todo esto, y ese es justamente el punto: se trata del porqué—hay un propósito, un sentido en ello, y nosotros, tú, yo, todos y cada uno de nosotros, los más diminutos de los seres, que no somos más que huellas infinitesimales de ese Ser completo, con quien llegamos a ser completos—el porqué de nuestra existencia se revela dentro del porqué de la venida de Krishna, dentro de su convertirse en el recipiente, el sujeto, del amor perfecto, inagotable, en constante expansión.

Al convertirse en el sujeto, al experimentar la gloria del amor de Rādhā por Krishna, Krishna viene por nosotros, viene a compartir con nosotros esa infinitud, ese camino, ese camino amplio y sin embargo estrecho y recto que, aunque recto, gira, orbita, nos lleva a nuestro lugar adecuado, al lugar del ser y del devenir, con Él-Ella, Ella-Él, Rādhā-Krishna.

Él viene por nosotros, se entrega, entrega sus nombres, invita, da la bienvenida: “Solo pronuncia mis nombres, alza la voz, lanza el llamado, clama mis nombres, permite que tu corazón se abra a estos nombres que somos Nosotros, Rādhā y Krishna, nombres que tanto nos gusta escuchar, nombres que nos hacen correr hacia ti que llamas, nombres que portan el significado original de la palabra ‘nombre’.”

Está bien, está bien, lo sé, tal vez no creas en esto, sé que suena descabellado, pero yo no me lo inventé. Ni tampoco fue idea de algún tipo salido de la nada. Sé que parece muy lejano, y es fácil dejarlo pasar, pero digo: dale una buena escucha. De eso se trata, de comenzar por primera vez en nuestra vida a escuchar lo que realmente está ocurriendo. Así que en este día, démosle una oportunidad. Es su cumpleaños, el día en que lo conocemos como Chaitanya, como Gauranga, como el Avatar Dorado. En su cumpleaños—que preferimos llamar “día de aparición”—estás invitado a descubrir estos nombres, los nombres de Krishna, de Aquel que es la fuente de toda dicha, Rama, de Ella que es el ser mismo del amor divino, Rādhā, pronunciada como “Hare”. De verdad, pruébalo, y tal vez descubras que hay algo en ello, algo que es mucho más que “algo”, que es—que es alguien, Aquel que está en tu corazón, Aquel que te espera, que espera tu amor, Aquel que son dos, siempre separados y sin embargo unidos. Pruébalo y compruébalo por ti mismo:
hare krishna hare krishna krishna krishna hare hare hare rama hare rama rama rama hare hare.

—Escrito por S.S. Krishna Kshetra Swami con motivo de Gaura Purnima, tras (re)leer Caitanya-caritamrita, Adi-lila, capítulo 4, 12 de marzo de 2027.